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Antioco VII
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Tetradracma ( Plata ) - GriegaWM n° 6389138-129 a. C.Atelier : Antioquia16.02 gr. - 0 mm A/ AnepÃgrafa.Cabeza diademada de Antioco VII de Seleucia. R/ BASILEOS ANTIOKOY EVERGETOYAtenea promachos en pie sosteniendo una Niké en la mano rodeado de corona de laurel.Collection : PatriciaRef : Sear 7092Hijo de Demetrio I, fue llamado a ocupar el trono tras la derrota y captura de su hermano Demetrio II Nicátor por MitrÃdates I de Partia. Contrajo matrimonio con la esposa de su hermano, Cleopatra Thea (molesta por que su esposo se casara con una princesa parta), con quien habrÃa un hijo, AntÃoco IX Eusebio, hermanastro y primo de Seleuco V Filométor y AntÃoco VIII Grifo.
Con respecto a Judea, que se habÃa declarado independiente con la captura de Demetrio II y anexionado el puerto de Jaffa, AntÃoco trató de reconciliarse con el etnarca asmoneo Simón Macabeo. A continuación emprendió la lucha contra Diodoto Trifón, que gobernaba la Siria mediterránea. AntÃoco se deshizo de él rápidamente, derrotándolo en Dora y asediándolo en Apamea, con lo que Trifón fue obligado a suicidarse (138 a. C.). Tras largos años de crisis dinástica, AntÃoco se propuso restaurar el poder seléucida y detener la descomposición interna de su reino, tratando de devolver al paÃs al estado de su bisabuelo AntÃoco III o al de su tio abuelo AntÃoco IV.
Pese haber recurrido a la ayuda judÃa en su victoria sobre Trifón en Dora, AntÃoco mandó embajadores a Simón Macabeo, exigiéndole el pago de tributo, el reconocimiento de la soberanÃa seléucida y la devolución de los territorios conquistados a los seléucidas, especialmente Jaffa y la acrópolis de Jerusalén (sede de una guarnición seléucida). Al no haber acuerdo, envió un ejército al mando del general Cendebeo (Kendebaios), pero fue derrotado en Modin por Judas y Juan, hijos de Simón Macabeo.[3]
Al morir asesinado éste junto con sus dos hijos a manos de su yerno Ptolomeo, gobernador de la región de Jericó, Juan HÃrcano tomó el mando de la nación judÃa. HÃrcano combatió a Ptolomeo, forzándolo a huir a Transjordania, pero éste logró persuadir a AntÃoco Sidetes para que interviniera de nuevo en Judea.
De esta manera, AntÃoco VII emprendió una nueva y exitosa campaña contra los judÃos; el paÃs fue conquistado y Juan Hircano sitiado en Jerusalén, que se rindió en 132 a. C., tras casi un año de asedio. Las murallas de la ciudad fueron demolidas, y su pueblo obligado a tributar y a rendir el servicio militar, pero AntÃoco confirmó a HÃrcano en el poder y la autonomÃa de Judea, evitando entrometerse en cualquier asunto religioso, por lo que los judÃos lo llamaron Eusebes (piadoso). A continuación trató de restablecer la autoridad seléucida en las satrapÃas orientales, enfrentándose a los partos, aprovechando que sufrÃan las invasiones de los Kushana, los cuales acababan de ocupar los restos del Reino Grecobactriano. Su campaña fue un éxito constante, y tras recuperar Mesopotamia, Media y Bactriana, se proclamó Gran Rey (130 a. C.).
Emprendió entonces negociaciones con Fraates II de Partia que resultaron infructuosas por exigir demasiado. En efecto, pedÃa la devolución de territorios conquistados por MitrÃdates I, la entrega de Demetrio II, todavÃa prisionero, y el pago de cuantiosos tributos. La guerra se reanudó con resultados calamitosos, pues AntÃoco fue atacado por sorpresa durante el invierno, a comienzos de 129 a. C. y muerto tras un reinado de nueves años.
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